La estrategia en materia de armas nucleares que hace un año empezó a formular el presidente Barack Obama empieza a tomar cuerpo en múltiples frentes. La Casa Blanca acaba de formular una nueva doctrina militar más restrictiva para utilizar el arsenal heredado por el Pentágono de la Guerra Fría, renunciando a su modernización. Y además se ha puesto de acuerdo con Rusia para firmar el tratado Nuevo START, con una teórica reducción del 30 % de las ojivas más devastadoras y de mayor alcance.
Dentro de todos esos esfuerzos se incluye la llamada Cumbre de Seguridad Nuclear convocada por la Administración Obama para este lunes y martes. Desde que el 11-S erradicó el concepto de "imposible" en el diccionario de la seguridad nacional de Estados Unidos, la cita de Washington se centrará en evitar la catastrófica amenaza de terroristas con armas nucleares.
- Objetivos: Orquestar un esfuerzo internacional preventivo para en cuatro años mejorar la seguridad de materiales nucleares susceptibles de convertirse en munición para terroristas. Según el guión formulado por la Casa Blanca el objetivo es "desarrollar pasos conjuntos para controlar materiales vulnerables, combatir el contrabando nuclear y disuadir, detectar e impedir intentos de terrorismo nuclear". Además, la cita de Washington y su comunicado final servirán para marcar el tono de la próxima revisión del Tratado de No Proliferación Nuclear prevista para mayo en Naciones Unidas.
- Amenaza existente: El esfuerzo de seguridad que impulsa la Administración Obama se centra en las reservas de uranio enriquecido y plutonio repartidas por toda clase de instalaciones militares, reactores nucleares y centros de investigación. Se estima que en el mundo existen 1.600 toneladas de uranio altamente enriquecido y 500 toneladas de plutonio. Lo cual sería suficiente para ensamblar 120.000 bombas nucleares. Desde la década de los noventa se han registrado al menos 18 casos robos y desapariciones de material nuclear apto para aplicaciones bélicas.
- Niveles de riesgo: La fabricación de una rudimentaria carga nuclear, con uranio enriquecido o plutonio, es considerada como un "acto de baja probabilidad y grandes consecuencias". Es decir, un enorme reto tecnológico y logístico muy difícil de materializar pero con el potencial de generar enormes daños. Los expertos consideran más viable la alternativa de una "bomba sucia", lo que supone la mezcla de explosivos convencionales y material radioactivo. Opción más al alcance de grupos terroristas pero con un menor poder destructivo a pesar de la contaminación radiológica que produciría.
- Participantes: Un total de 47 naciones y diversas organizaciones internacionales. El primer ministro Benjamin Netanyahu ha cancelado en el último momento su participación, ante el temor de que la cumbre se convirtiera en un maratón de críticas contra el no reconocido arsenal nuclear de Israel. Washington ha valorado especialmente la asistencia del presidente Hu Jintao, de China, hasta ahora el país más reluctante entre los miembros permanentes del Consejo de Seguridad a secundar esfuerzos para impedir la proliferación de armas nucleares. La delegación de España estará encabezada por José Luis Rodríguez Zapatero, su tercera visita a Washington con la Administración Obama
- Irán y Corea del Norte: No están invitados y sus respectivos desafíos nucleares no figuran en la agenda oficial de la cumbre. Pero se espera que el presidente Obama aproveche la ocasión para realizar gestiones diplomáticas a través de múltiples reuniones bilaterales. La Casa Blanca aspira a materializar esta primavera una cuarta ronda de sanciones económicas contra la teocracia de Teherán y lograr que el régimen estalinista de Corea del Norte vuelva a implicarse en conversaciones de desarme para su confirmado arsenal nuclear.
- Medidas de seguridad: La cumbre será la mayor cita de jefes de Estado y de Gobierno en territorio de Estados Unidos no relacionada con la ONU. El despliegue de vigilancia sobre la ciudad de Washington será el más intenso desde la toma de posesión de Obama. Los cierres de múltiples calles, y hasta el anticipado bloqueo de dos líneas de Metro, amenazan con dos días de monumental atasco en torno al centro de convenciones, sede de la cumbre justo en mitad de las principales rutas de tráfico la capital federal.
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